12 de abril de 2018

SECRETOS ESCONDIDOS


La fina llovizna se transforma en pocos minutos en ligeros copos blancos. Copos que se aposentan con firmeza en cualquier superficie alcanzable. En apenas unas horas, el espesor adquiere tal magnitud que se confunde fácilmente con una gigantesca colcha, tan mullida que invita a sumergirse en ella. Sofía observa maravillada el imponente desierto blanquecino. Ansía salir con sus nuevas botas y ver si la nieve le llega hasta las rodillas, como vaticinaron la noche anterior en las noticias. Será la primera vez en su vida que sienta el agua derritiéndose en sus pantalones, que pueda lanzarse en aquél lienzo imaginario para dibujar un ángel, o construir un muñeco de nieve, en vez de conformarse con plastilina.

Sonríe ansiosa, y a la vez algo abatida.

Apenas queda un escaso mes para navidad y, por primera vez en sus veinticinco años de vida, no cenará con su familia. La despedida fue dura, pero el desasosiego que la amargaba era demasiado intenso. Quería un cambio. Lo necesitaba. Canadá fue el destino elegido. ¿Por qué? No tiene ni la menor idea. Le pareció un destino bonito, y nada que ver con Alicante, tierra que la vio nacer. Ya son siete meses y medio desde que se despidió de todos sus amigos y seres queridos, del clima y la deliciosa comida mediterránea. Casi ocho meses desde que su vida viró drásticamente, para abrazar con incertidumbre un futuro al que espera ilusionada. El cambio no la ha defraudado. Conforme los árboles cambiaban su tonalidad se redescubría a sí misma y, para cuando las hojas sustituyeron al asfalto, se encontró de bruces con una realidad inimaginable. Sus prioridades, las bases sobre las que durante años labró su futuro, cambiaron sin apenas darse cuenta.

Ahora que la nieve ha tomado el relevo a los colores del otoño, la seguridad ha desbancado a las dudas, la confianza ha desechado los complejos y el inmovilismo ha quedado rezagado. No quiere volver. Por mucho que su familia le insista. Por mucho que eche de menos a sus amigos. Tiene más claro que nunca que ha encontrado su hogar. Ahí se siente parte de un todo, se siente plena. Encaja en su recién estrenado trabajo, entre sus amistades y los cariñosos vecinos, parece una más. Nunca imaginó que esa plenitud fuese alcanzable. Siempre se creyó una extraña entre su propia gente. Quizás, y sólo quizás, deberíamos mencionar los pequeños detalles responsables de este sentimiento.

Sofía es un alma libre. Le gusta experimentar.
Sofía cree en el amor, pero no en el compromiso. Opina que nada es para siempre.
Sofía es muy suya. Independiente. Libre.
Sofía no vive sola. Comparte su vida con dos hombres desde que llegó.
Sofía lo mantiene en secreto. Nadie al otro lado del charco lo sabe.
Sofía trasnocha con sus chicos. Los vecinos los oyen.
Sofía no ha visto a nadie de su pasado en mucho tiempo. Tampoco quiere hacerlo.
Sofía no sabe que sus padres van a sorprenderla. Irán en Nochebuena.
Sofía tiene otro secreto. Lo tendrá que desvelar en cuanto vean su barriga.


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